María, una mujer rural

María, una mujer rural

Tiene 83 años de edad y ama la vida en el campo. Cursó hasta tercero de primaria y asegura que fue la propia actividad en el campo, que le enseñó a vivir.

En un emocionante encuentro y como si se tratase de dos vecinos que hace un buen rato dejaron de verse, María recibe en su casa – ubicada a tres leguas de la escuela N° 41, hacia las afueras de la ciudad de Sarandí del Yí – al periodista y divulgador Leonardo Muraña.

De sonrisa casi permanente y de fluido relato, esta mujer rural repasa parte de su vida, en tiempos de dedicado trabajo en la chacra, en la que, a muy temprana edad, aprendió a ordeñar, a carnear y hacer conservas y dulces.

Durante muchos años lavó ropa a mano para terceros, alcanzando su jubilación como lavandera. Hoy sigue atendiendo su huerto y su quinta, aunque a otras velocidades y con otros tiempos de dedicación.

María confiesa que siempre le ganó al sol y entre madrugones y trabajos a la par del hombre, forjó un extraordinario modelo de supervivencia, en tiempos en los que había que tener coraje para enfrentar a la pobreza.

En sus palabras porta la alegría de una mujer que asegura ser feliz viviendo en el lugar donde aprendió, más que a dar sus primeros pasos, a encarar con pasión cada actividad que desempeñó.

Su básica instrucción escolar no fue impedimento para desarrollar una vida de conocimientos y saberes; esos aprendizajes, que definitivamente no se consiguen en ninguna carrera universitaria.

En el «Uruguay Vaciado», hay historias, como las de María, que verdaderamente valen la pena ser contadas. Recorridos de vida de nuestros mayores, a los que deberíamos escuchar con más frecuencia, en tiempos donde hemos dejado de darle valor a nuestros verdaderos héroes; como la historia de María, una gran mujer rural.

 

Comentar con Facebook

Sé el primero en comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo no será publicada.


*


cinco + dieciocho =